Aun cuando los estudios de seroprevalencia indican que la mayoría de la población está inmunizada existen zonas del mundo que no se han expuesto al virus o a vacunas, como China o África, para dar ejemplo de cada uno. Pero aún en aquellos que han padecido una infección sigue vigente el riesgo de padecer Covid persistente, o de reinfectarse nuevamente y con ello acumular más riesgos para las secuelas del Covid-19.
La mayor contagiosidad de las variantes y subvariantes de ómicron dio lugar que este último año se hayan producido casi la mitad de las infecciones por Covid-19 alrededor del mundo, aunque es cierto que la mortalidad ha llegado, afortunadamente, solo a 1.1 millones de personas en 2022.
Muchos piensan que es solo porque se trata de una variante más "benigna", como parecía ser en diciembre del año pasado, pero no ha sido así en países como Estados Unidos y tampoco en Hong Kong. En Estados Unidos existe una combinación de gente sin vacunar y población con gran cantidad de comorbilidades, en particular la obesidad mórbida que es otra epidemia que se difunde por ese país. En el caso de Hong Kong alcanzó en marzo de 2022 uno de los records de mortalidad, que se sucedió a expensas de una población envejecida, donde el 66% no había recibido ninguna vacuna cuando la variante ómicron se hizo presente; aquí se puso en evidencia lo grave que puede ser el Covid-19 en una población no inmunizada, no importa qué variante.
Frente a estos datos también son relevantes las opiniones de otros expertos que dicen: “Es realmente difícil comparar los aspectos de enfermedad grave de (las variantes) porque la inmunidad de nuestra población es muy diferente”, dice Steve Griffin, profesor asociado de la Universidad de Leeds. “Cuando la gente dice que ómicron es leve, sí, probablemente haya una menor tendencia a que penetre profundamente en los pulmones. Pero si piensa en el impacto clínico que tiene, debido a su prevalencia masiva, aunque tiene menos posibilidades de causar el tipo de enfermedad grave de la que estamos hablando con covid-19 agudo, el impacto clínico real sigue siendo muy, muy marcada.”
La variante ómicron se ha llevado en Argentina al menos 12 mil muertes registradas a la fecha.
David Strain, profesor clínico principal de la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter, señala que el covid-19 tiende a empeorar otras enfermedades. “No importa cuáles sean esas otras enfermedades”, dijo en agosto de 2022. “Los pacientes que tienen la enfermedad de Crohn desde hace mucho tiempo están llegando con exacerbaciones de la enfermedad de Crohn o la celiaquía o la artritis”.
Mónica Verduzco Gutiérrez, profesora y directora del Departamento de Medicina de Rehabilitación de la Escuela de Medicina Long en San Antonio, Texas, también enfatiza que incluso un covid-19 leve podría causar un covid-19 prolongado, con síntomas persistentes y debilidad.
Agrega que aún tenemos que comprender completamente el impacto de las reinfecciones. Un estudio de los registros de salud de seis millones de personas en poder de la Administración de Veteranos de Estados Unidos publicó en junio de 2022 que las personas que tenían una segunda o tercera infección por covid-19 tenían tasas considerablemente más altas de enfermedad cardíaca, trastornos renales , y otros problemas de salud durante los primeros 30 días de la infección, así como en los meses siguientes, que las personas que habían sido infectadas una sola vez. El riesgo de complicaciones se acumula con cada re infección.
¿Por qué parece que se está volviendo más leve?
La evolución del virus, así como el aumento de la inmunidad de la población general, significa que los síntomas presentados y la frecuencia de los síntomas en muchos lugares están cambiando, con las muertes e ingresos hospitalarios disminuyendo en casi todo el mundo durante el transcurso de 2022.
Gutiérrez dice: “La variante original tuvo más impactos incapacitantes con respecto a las condiciones posteriores al covid porque muchas más personas tenían enfermedades graves”. Es comprensible por qué, para algunas personas, el covid agudo parece haberse vuelto más leve en sus efectos, especialmente en las personas vacunadas. Pero, como se detalló anteriormente, eso no significa que la enfermedad en sí se esté volviendo más leve.
Un artículo publicado en el BMJ de agosto mostró que la enfermedad causada por las primeras variantes de ómicron (BA.1 y BA.2) parecía ser menos grave en estos términos que la delta. Y la Organización Mundial de la Salud ha sugerido que la tendencia de las variantes de ómicron a dirigirse a la parte superior del cuerpo, lo que también ayuda a su transmisibilidad, podría correlacionarse con menos casos de neumonía grave, ya que no infecta células más profundas en los pulmones.
Pero solo hay que apelar al recuerdo que aún así provocó disrupciones sociales tales como la paralización de varios servicios públicos a fines de diciembre pasado, cuando muchas actividades se detuvieron por la gran cantidad de contagiados. Solo en la navidad de 2021 más de 5.000 vuelos fueron suspendidos por falta de personal.
¿Diferentes variantes causan diferente gravedad de la enfermedad?
Emma Thomson, profesora de enfermedades infecciosas en la Universidad de Glasgow, dijo en un evento de la Royal Society of Medicine en agosto: “Alfa fue más grave que los linajes originales que entraron en el Reino Unido, y luego delta fue más grave que alfa. Ómicron se ha hundido en gravedad, pero sabemos que no se necesita mucho para que el virus cambie. Por mutación aleatoria, bien puede ser la situación en la que obtengamos una variante que sea más grave”.
Esto es algo que todavía no se ha dimensionado, que ómicron sea benigno no es el destino natural de ninguna evolución, solo es causalidad, y esa casualidad nos ha dado un respiro, pero sigue vigente la amenaza de que una de las múltiples evoluciones en esta sopa de variantes actual, termine en una variante más patógena, más contagiosa y con mayor evasión inmune.
Eric Topol, profesor de medicina molecular en el Instituto de Investigación Scripps en California, dice que existe una tensión entre que el virus se vuelva más transmisible y más apto y que nuestra respuesta inmunológica se vuelva un poco más fuerte, pero “en general, el virus está ganando”.
Strain dice que, con la variante omicron temprana BA.2, “el covid (agudo) en sí mismo no era tan malo. Pero el covid prolongado fue mucho peor”. Como anécdota, dice, entre el 15 y el 20 % del personal de su hospital quedó fatigado después de la infección con BA.2, y muchos todavía estaban regresando después de meses. Esto se ha reducido desde que BA.4 y BA.5 han dominado las infecciones. Otros datos parecen mostrar que la incidencia de Covid prolongado también ha disminuido con la variante ómicron, pero en términos absolutos la cantidad de gente que lo padece es mayor. Se estima que con ómicron la incidencia de Long Covid, en comparación con la variante delta, ha caído entre un 75% y un 50%.
La expectativa de nuevas olas debe mantenernos atentos, ya que han dejado de existir medidas de cuidado como el uso de mascarillas, centros de testeos e incluso la medición de carácter censal que existía con el covid entre 2020 y 2021. Por otro lado la aplicación de medidas como cierres sobre algunas actividades parecen muy alejadas del pensamiento gubernamental y también del de la mayoría de la gente. Pero aun persisten en grupos muy vulnerables que no se han vacunado, o no han recibido un refuerzo desde hace 10 meses, lo que podría diferenciar a una nueva ola de la ola del verano, cuando la mayoría de la población tenía anticuerpos "frescos" circulando.
Nuevas subvariantes, con nombres más complicados que las anteriores, ahora XBB o BQ.1, son los que vamos a observar en el horizonte inmediato, sin dejar de recordar que a mayor cantidad de infecciones mayor probabilidad de mutaciones, y nada nos asegura que tendremos tanta suerte siempre, como la tuvimos hasta ahora.
Has covid-19 become milder? doi:10.1136/bmj.o2516
