La neutropenia febril es una urgencia médica.
El impacto de la neutropenia inducida por quimioterapia es de gran importancia clínica, por el riesgo de infección que supone y porque se asocia con complicaciones como los retrasos y reducciones de la intensidad de dosis de quimioterapia, o incluso suspensiones, que pueden disminuir la probabilidad de obtener resultados favorables a largo plazo.
Su incidencia varía según el tipo de tumor, los diferentes
regímenes de quimioterapia y las características de cada paciente,
pudiendo oscilar la neutropenia febril entre el 25% y 40% de los
pacientes.
El promedio de hospitalización debido a neutropenia febril es
de 7 días.
La neutropenia febril y el
riesgo asociado de infección bacteriana pueden poner en peligro la vida
del paciente, estimándose, según estudios, en
6,8%, es decir una muerte por cada 14 pacientes hospitalizados.
En un estudio realizado con pacientes con cáncer de mama, cáncer de
pulmón y linfoma no Hodgkin, se observó que durante el episodio de
neutropenia febril:
- El 32,3% de los pacientes requirieron al menos una transfusión de concentrados de glóbulos rojos.
- El 97,9% necesitaron un análisis de sangre.
- El 87% necesitó un cultivo sanguíneo.
- Se utilizaron factores de crecimiento de colonias de granulocitos en un 67,6% de los pacientes.-Todos los pacientes fueron tratados con antibióticos.
Por todo
ello, las sociedades de oncología recomiendan el uso de factores de
crecimiento de colonias de granulocitos como prevención cuando el riesgo
de sufrir neutropenia febril sea aproximadamente del 20%.
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