14 de octubre de 2022

Vacunas Covid-19 y contagio: hay razón para el escándalo?

Las redes sociales se alborotaron en estos días cuando se difundió la noticia de que un funcionario del laboratorio Pfizer informó, aparentemente ante el Parlamento Europeo, que su vacuna no fue testeada para el contagio (transmission en inglés) antes de comenzarse su aplicación. Esta noticia tiene un correlato directo, que es político, y que es una crítica sobre la aplicación del pasaporte Covid (en nuestro medio Pase Sanitario), que se implementó en varios países Europeos el año pasado y también en la Argentina.

Lo interesante de la discusión es que son pocos los que se han puesto a investigar si es cierto, y han salido en las redes ya sea a amplificar la noticia o bien a considerarla una mentira. Por eso quise hacer esta entrada y tratar de dilucidar las razones por las cuales supongo que está sucediendo esto.

No tengo ninguna forma de comprobar que desde Pfizer se haya dicho eso en el Parlamento, pero tampoco no veo ninguna razón lógica para dudarlo, aunque la noticia esté promovida por medios negacionistas. Pero a partir de esta noticia muchos están confundiendo contagio con infección

En diciembre de 2020 el New England Journal of Medicine publicaba un estudio de Polack et al, sobre la seguridad y eficacia de esta vacuna, un ensayo clínico controlado y aleatorizado, con más de 43 mil voluntarios sanos.  En el estudio se probaban dos dosis de esta vacuna y se valoraba la disminución de la infección en el grupo que la había recibido a 7 días. Los resultados fueron contundentes, tal que a 7 días la disminución de la infección era de un 95%, en relación al grupo control. No es mi interés explicar el estudio, pero aparte de decir que era eficaz, también afirmaba que la vacuna era segura, por lo cual era posible comenzar a vacunar, con las aprobaciones de emergencia de aquel momento. Es decir que este ensayo clínico demostraba una disminución de la infección.

A este estudio le siguieron decenas de estudios en el 2021, que resaltaban la mayor o menor efectividad para disminuir la infección, pero en definitiva una marcada disminución de los casos graves y la mortalidad entre quienes se aplicaban la vacuna, ya sea la de Pfizer o la de otros proveedores. Por eso se escuchó muchas veces aquello de que todas las vacunas eran prácticamente iguales. Eran tan iguales, que tampoco se observó gran diferencia cuando este año el Covid-19 hizo estragos entre la población no vacunada de Hong Kong y no se observó gran diferencia entre la vacuna de Pfizer y la SinoVac. Si quieren saber más de esto creo que escribí unas 50 entradas sobre las vacunas contra el Covid-19, todas con sus respectivas referencias y accesos a las publicaciones. 

Pero sobre el contagio (transmission) fue mucho menos lo que se publicó. El artículo original de Polack et al, que habia sido financiado por Pfizer, y puede considerarse como el documento "oficial" no hacia mención a eso.

La transmisión es un poco más difícil de estudiar, y se estima por la incidencia de ataques secundarios, en general entre aquellos convivientes de los que recibieron una vacuna versus la incidencia de casos entre aquellos convivientes de los que no recibieron vacuna alguna. O sea que no se había publicado nada al respecto y se imaginan ustedes lo que se hubiera demorado cada estudio si también teníamos que esperar ese dato? No lo publicó Pfizer, tampoco Moderna, Sputnik V, los chinos, los británicos, los cubanos, ni nadie que haya producido una vacuna. 

Hasta noviembre de 2021 solo existían 4 estudios importantes e independientes que hablaban del contagio. Hubo más estudios, pero apenas merecían ser citados por los pocos pacientes o por fallas metodológicas muy graves, aunque si quiere un listado al final le dejo 12 estudios más. 

Las conclusiones sobre estos estudios sobre la transmisión (o contagio) nos decían que antes de que surgiera la variante ómicron se podían evitar alrededor de un 50% de nuevos contagios

Eso es un hecho concreto, la disminución de los contagios en un 50%, pero claramente tenía varias interpretaciones: los vacunados contagian la mitad, los no vacunados contagian el doble, o para quienes no quieren las vacunas simplemente la vacuna no detiene el contagio. No es la primera vez, ni será la última, que ante iguales datos distintas interpretaciones. 

Hasta aquí la ciencia. 

Varios países adoptaron un pasaporte sanitario, y aunque la aceptación de las vacunas contra Covid-19 en Argentina era alta se decidió también incorporarlo. Eso fue una decisión política, puede gustar o no, en mi caso no y creo haber explicado el porqué alguna vez. 

Heidi Larson, una antropóloga estadounidense, fundadora del Centro de Confianza en las Vacunas (Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres), y quien más ha estudiado la reticencia vacunal suele decir que la obligatoriedad refuerza las conductas de rechazo hacia las vacunas en algunos grupos. En este caso se sumó, en varias partes del mundo, la obligatoriedad de la vacunación y la obligatoriedad de un pasaporte vacunal. Lo que fue pensado para estimular la vacunación en grupos rezagados simplemente no funcionó, según un análisis sobre varios países publicado en la revista Nature en el mes de Julio de 2022. Si se quería estimular la vacunación, en mi opinión, debiera haberse escuchado a otro tipo de expertos, no justamente médicos. 

En Argentina es imposible saber el resultado, ya que cuando el pase sanitario se hizo vigente también se incrementó el número de casos por la entonces nueva variante ómicron, y también (como cada vez que hay una ola en el país) se incrementó el número de vacunados. Como todo esto ocurrió a un mismo tiempo es prácticamente imposible saber si fue efectivo o no. Yo creo que no, pero es una opinión, y tan válida como la de cualquiera. Creo como Larson que las medidas obligatorias no funcionan, al menos no en este caso, ya que no las desestimo en otras ocasiones. Vale recordar que la mayoría de las vacunas en nuestro país son obligatorias.

¿Por qué cuento esto último? Porque se nos está presentando como novedad algo que todos supimos desde el inicio de la vacunación. Y creo que esto se relaciona con el valor político y social que algunas sociedades le han dado al pasaporte Covid. Algo que no sucedió en la Argentina. En otras palabras, si no hubiera existido el pasaporte y la justificación del contagio como argumento, esto pasaría desapercibido como discusión. 

La única razón que me lleva a escribir esto es aclarar la diferencia entre infección y contagio, que creo que se ha confundido con esta noticia. La confusión no es inocente, ya que es liderada por los grupos que descreen de estas vacunas, y en general de todas, y que suelen tener también una agenda donde rechazan cualquier tipo de obligatoriedad. En Estados Unidos estos grupos suelen asociarse a sectores del Partido Republicano, pero en Iberoamérica esto incluso es sostenido por personas que se auto perciben de izquierda. 

Con esta entrada no es mi interés defender a un laboratorio, ya que el ataque no es contra Pfizer, sino contra todas las vacunas, tampoco somos inocentes en esto y aquí como siempre hay grupos que les gusta "embarrar la cancha". 

Que las vacunas no sean esterilizantes, es decir que aun vacunado uno pueda contagiar o contagiarse, son una razón más para promover la vacunación, ya que solo quienes se vacunan están protegidos contra la enfermedad grave y la mortalidad. 

Las vacunas, estas vacunas, han logrado una disminución de la hospitalización y de la mortalidad, esto es algo que los negacionistas seguirán sin reconocer, al menos públicamente. Para eso buscarán desacreditar a las vacunas con aquellos efectos que al menos estas vacunas, no lograron alcanzar o alcanzaron parcialmente, como disminuir el contagio o provocar el efecto rebaño. Pero eso no las desmerece, quien así lo crea solo debe recordar como era el mundo hace un año atrás, con servicios de salud saturados y millones de personas alrededor del mundo en peligro de enfermar y morir. 

Aun no hemos salido de la pandemia, pero parece que la memoria es corta, y vale la pena recordarlo. Yo lo viví, y ustedes también, así que para esto último no necesitamos ni referencias, ni evidencias para mostrar el cambio que las vacunas significan, tan solo apelar a la memoria cercana. Todos perdimos algo para olvidarlo tan pronto. 

Referencias

Reducción e la transmisión en Israel. Enero 2022
En Holanda, ya lo había mencionado. 
Publicado en Nature, Marzo 2022.
Inglaterra, agosto 2021.
En Dinamarca , en 2021.
Estados Unidos, en 2022.
En niños, 2022.
Un metaanálisis de este año.
Suecia, en 2021.
Alemania, 2021.
Contra la variante delta.
Y un último publicado en el NEJM un año atrás.

Y aquí lo que había publicado 11 meses atrás, recordando 4 estudios independientes. 

Otra publicación sobre el tema, pero en Science Based Medicine. 

2 comentarios:

  1. Rubén, es de reconocer tu trabajo en divulgación de información de toda índole. Pero en este tema te posicionas de parte de quienes parecen tener todas las respuestas, y todas parecen ir en la misma dirección. Si lo demostrado por las vacunas (sobre esto puede haber, no unanimidad, pero datos coincidentes) es la disminución de la gravedad de la infección, y dado que sobre la contagiosidad no hay una claro impacto (hay estudios que parecen informar de una mayor replicación del virus en las mucosas), ¿por qué se sigue incorporando en la estrategia vacula a los jóvenes y niños? El balance beneficio (poco, porque no pertenecen a grupos de riesgo y la mortalidad y gravedad, es la excepción) y riesgo, es aparentemente desfavorable. ¿Por qué se ha culpabilizado, y se sigue, a esta población señalándola como responsables o intermediarios necesarios para el contagio de personas vulnerables? En fin, es difícil siquiera seguir aceptando la buena voluntad de quienes se vieron sobrepasados por los acontecimientos y tuvieron que tomar decisiones con poco margen de tiempo. Porque ahora ya se dispone de más información y de más serenidad.
    Un saludo

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