John Snow (1813-1858) es considerado el padre de la epidemiologia moderna.
A los 14 años, con la intención de ser médico John Snow se convierte en aprendiz de William Hardcastle, cirujano-farmacéutico de Newcastle, iniciando así un riguroso aprendizaje de cinco años. Y ya a los 17 años el joven tiene contacto con la primera de una serie de epidemias de cólera que afectaban a Inglaterra en general, y a Londres en particular, atendiendo a enfermos en la aldea minera de Killins-worth.
A los 14 años, con la intención de ser médico John Snow se convierte en aprendiz de William Hardcastle, cirujano-farmacéutico de Newcastle, iniciando así un riguroso aprendizaje de cinco años. Y ya a los 17 años el joven tiene contacto con la primera de una serie de epidemias de cólera que afectaban a Inglaterra en general, y a Londres en particular, atendiendo a enfermos en la aldea minera de Killins-worth.
Es en Londres donde comienza a mostrar su don de observación al valorar enfermedades que afectaban a los estudiantes en el Westminster Hospital, y diseña una serie de experimentos que demuestran la toxicidad por inhalar vapores de arsénico, que por entonces se utilizaba en la conservación de cadáveres.
Ya en 1844, con su titulo de Doctor de la Universidad de Londres, establece su consulta de cirujano y médico general en la céntrica zona londinense de Soho. Snow diseña un dispositivo de administración de éter y escribe una guía práctica para su uso, y en poco tiempo se transforma en uno de los más prestigiosos anestesiólogos de Inglaterra, contándose entre sus pacientes la misma Reina Victoria, a quién le suministró cloroformo durante el parto del principe Leopoldo (1853) y de la princesa Beatriz (1856), aunque no seria la anestesiología la que lo situaría dentro de la historia de la medicina.
En 1848 se produce una segunda epidemia de cólera en Inglaterra con gran mortalidad. Por la época no se conocia la etiología ni mucho menos el modo de transmisión de esta enfermedad, lo que dió paso a dos grupos con sus teorias: los contagionistas sostenian que el cólera se adquiria por el contacto con el enfermo o sus pertenencias, para lo cual proponian cuarentenas, aislamientos de los enfermos y la quema de sus ropas y enceres; por otro lado estaban quienes apoyaban la teoria miasmática, en dónde algunas condiciones atmosféricas, en especial los vientos, transportaban vapores tóxicos emitidos por materia en descomposición, los miasmas. Snow no pensaba esto, ya que sus pacientes no presentaban síntomas respiratorios, y no podía explicar el síndrome diarreico que el veía. Por lo que decidió estudiar el comportamiento epidemiológico por si mismo.
Basándose en los registros de defunciones por cólera entre 1848 y 1849 observó que los distritos de la zona sur de Londres concentraban la mayor cantidad de casos en términos absolutos y también la más alta tasa de mortalidad, muy diferente a la del resto de la ciudad (8 muertos en el sur y 2,4 defunciones por mil habitantes en el resto de la ciudad de Londres). También observó que los habitantes de la zona sur obtenían agua para beber rio abajo del Támesis, dónde las aguas estaban muy contaminadas, a diferencia de los habitantes del resto de Londres. Con esto en mente, en 1849 sugirió una hipótesis innovadora, por la cual el cólera se transmitía a través de la ingestión de una "materia mórbida" invisible al ojo humano, que debía actuar en los intestinos, dando lugar al tipo de diarrea que se observaba. Esta "materia mórbida" había de reproducirse y eliminarse a través de las deposiciones, contaminando el rio. Así cuando la gente bebía de esta agua se contaminaba, cerrando de este modo el ciclo de contagio. Snow publica esto, por lo cual recibió grandes críticas y su teoría no fue aceptada, ya que la comunidad médica de por entonces estaba más vinculada a la teoría miasmática.
Entre 1853 y 1854 una tercera epidemia de cólera azota a Londres, con lo que Snow ya no sólo observa que la gente de algunos distritos del sur de la ciudad toman agua de afluentes menores del Támesis, sino que también la obtienen de bombas de agua de uso público, abastecidas por dos compañias, Southwark and Vauxhall Water Company (SVWC o S-W) y Lamberth Water Company (LWC o L). Y los desechos eran vertidos en alcantarillas o directamente en el rio. Durante la epidemia de 1849 ambas compañias extraian el agua de sectores contaminados del rio, pero en 1853 LWC traslada sus instalaciones rio arriba, donde el agua no estaba contaminada. De esta manera Snow se percata que este hecho podría demostrar sus teorías, dándole un sustrato empírico a las mismas.
Con una simple tabla le permite concluir que los hogares abastecidos por la S-W tenian una mortalidad 8,5 veces mayor que los abastecidos por la LWC.
En Septiembre de 1854, solo en diez días, 500 personas mueren, por lo que Snow luego de observar, y analizar sus datos, también realiza un mapa de la zona, todo esto en tiempos que no existía el GPS.
Sin mayor problema Snow identificó que la mayor mortalidad se daba en hogares abastecidos por la bomba de Broad Street y Cambridge, la cual en días anteriores a la epidemia había sido reportada por tener mal aspecto y olor. Aunque algo no terminaba de convencer, ya que no todos en la zona habían enfermado, hasta que encontró que las personas de la cerveceria tomaban sólo cerveza, y las del hospedaje se abastecian por un arroyo privado, a lo cual agregó muertes de personas de otros lugares de Londres que habian tomado agua de la misma bomba. Con estos datos pidió a las autoridades que cerraran la bomba, lo cual fue hecho con la natural oposición de los habitantes. Aunque esto disminuyó la incidencia, no alcanzó a eliminar el problema, por lo que un año después la bomba fue habilitada. No seria hasta la epidemia de 1866, y con el avance de las teorías de Pasteur, presentadas inicialmente alrededor de 1853, para que estas teorías comenzaran a ser aceptadas. Aunque Snow no pudo ver este triunfo.
En los últimos años, estos estudios fueron analizados con técnicas de regresión logistica, confirmando nuevamente que Snow tenia razón.
Snow, contemporáneo también de Semmelweiss, aunque con mejor destino, aplicó la observación, la tabulación de los datos, y la inestimable lógica que es lo que en definitiva lo lleva a ocupar su lugar en la historia de la medicina.