El impacto de los cierres de emergencia o "lockdown", como quedarse en casa, parecen haber sido ser más beneficiosos, que el impacto que hubiera tenido el no hacer estas sugerencias, tal cual lo presentan las evidencias que se obtienen hasta el momento. Esta es una de las conclusiones publicadas en Julio 2021 en un articulo del Global Health British Medical Journal.
Este articulo comparo el exceso de mortalidad entre países con restricciones, frente a otros países que no aplicaron estas medidas en forma globa, en forma débil, o voluntaria. El exceso de mortalidad debido a la pandemia se estima entre un 12 a un 20 por ciento, dependiendo de cada país el cual fue observado en al menos 94 paises.
Se muestran argumentos y contra-argumentos de una y otra postura.
Este es uno de los pocos reportes que compara distintos países con diferentes tasas de mortalidad, y diferentes politicas de confinamiento. Para la mayoria de los países es dificil calcular el exceso de mortalidad hasta pasado este año, debido al retraso propio de los sistemas de estadisticas. En Argentina es posible calcular el exceso de mortalidad, y el número de fallecidos (un dato que se monitorizado desde el principio), resultado de lo cual el estimado es de un 12%.
Esto ha sido, y es, motivo de múltiples discusiones hacia dentro de los países, existiendo literatura, con mayor o menos grado de evidencia, que pudiera avalar una u otra postura. Entre ellos que el confinamiento aumenta el número de suicidios, algo que no ha podido ser demostrado aún; o el otro que el confinamiento distraeria recursos de la atención básica, algo que no sólo no ha sucedido, sino que ha sido una oportunidad para muchos sistemas de salud de recibir mayor presupuesto en infraestructura y recursos humanos, con todas las inequidades que esto mismo ya conllevaba. Tampoco los recursos globales que atendian a programas internacionales especificos como tuberculosis o malaria fueron afectados, y no se pudo demostrar un incremento de la mortalidad debido al "lockdown" per se.
Por otra parte los números se pueden contaminar con otras externalidades tal como que en los paises que aplicaron restricciones también pudiera haber disminuido la mortalidad asociada al tránsito vehicular. Solo en Argentina el número de muertos por esta causa en 2020 fue un 25% menor (4986 vs. 6677 en 2019). En todo caso este hecho también habria contribuido a sostener, o reforzar, una estructura sanitaria que pudiera contener los casos más graves de Covid-19.
Ya que el virus no viaja sólo, sino a traves de portadores, resulto lógico para muchos gobiernos y para los expertos recomendar estas medidas en forma severa. Otros gobiernos, por cuestiones políticas internas, o bien por cuestiones económicas, decidieron no aplicarlas de la misma manera. Desde un principio el viejo principio de "cuarentena", confinamiento, o aislamiento social preventivo obligatorio, nombre este último que se le dió en Argentina, podrian mitigar el impacto de los contagios, tal cual habia sucedido en Wuhan entre Enero y Marzo de 2020. No fue hasta varios meses después que varias de estas medidas pudieron ser mensuradas y hasta publicadas, tal cual lo hizo Colaboración Cochrane, quien concluyó que a pesar de las limitaciones de los estudios, en todos ellos se habia visto que el confinamiento habia sido efectivo, en especial si este se habia realizado tempranamente. En todo caso, la mayor parte del mundo ha vivido el confinamiento más severo de la era moderna. Si bien esperamos que lo aprendido hasta el momento sea una cuestión histórica, queda para todos ver como se desarrolla la epidemia en otro contexto, esto es, con vacunas y con otra variante.
Sin duda que las restricciones conllevan un costo económico para los países y las personas que es dificil de soportar. No menos cierto es que la carga económica del propio virus es más alta, además de conllevar un aumento de la morbilidad y mortalidad, y por ende una saturación de los servicios de salud, tal cual se ha visto en varios países a lo largo de 18 meses.
Esta medida no ha sido tomada en forma aislada, sino junto a lavado de manos, uso de barbijo, ventilación de espacios cerrados aún con temperaturas extremas; y en el 2021 el agregado de vacunas, las cuales debieran ser vistas como parte del arsenal preventivo y no cómo la única solución al problema de la diseminación viral, hasta tanto el contexto global lo amerite.
Estas son las circunstancias, y seguramente las discusiones, que habran de acompañarnos en los próximos años, en forma independiente a las decisiones de los organismos sanitarios internacionales, asumiendo que la erradicación es improbable en el corto o mediano plazo, y si la eliminación, esto es mantener el virus en niveles indetectables en algunas regiones o paises del mundo.
En Septiembre de 2021, leimos en Gaceta Sanitaria uno de los primeros estudios españoles que han comparado el cierre de lugares con el tiempo de reproducción de la epidemia, en el mismo también se observó una diferencia significativa.
También en Septiembre de 2021 se publicó otro estudio global sobre el impacto de medidas no farmacológicas durante el 2020.
Sabemos que estas medidas han tenido una alta carga ideológica, además de haber sido socialmente disruptivos, por lo que han sido las más resistidas durante esta epidemia, razones que hacen que sea todavía más necesario la existencia de evidencias para valorar el impacto sanitario, en caso que sea necesario utilizarlas en el futuro.
Referencias
- Medidas no farmacológicas en Covid-19 y III
- Crítica al estudio atribuido a John Hopkins.
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