Se llama Hombre de Vitruvio a un dibujo elaborado por el pintor renacentista Leonardo da Vinci, en 1490, basado en el trabajo del arquitecto romano Marco Vitruvio Polión. Sobre una superficie total de 34,4 cm x 25,5 cm (una hoja tamaño legal), Leonardo representa a un hombre con brazos y piernas extendidos en dos posiciones, enmarcado dentro de un cuadrado y un círculo.
El artista-científico presenta su estudio del “canon de las proporciones humanas”, el otro nombre con el que se conoce esta obra. Si la palabra canon significa “regla”, se entiende, pues, que Leonardo determinó en este trabajo las reglas que describen las proporciones del cuerpo humano, a partir de las cuales se juzga su armonía y belleza.
Además de representar gráficamente las proporciones del cuerpo humano, Leonardo hizo anotaciones en escritura especular (que pueden ser leídas en el reflejo de un espejo). En dichas anotaciones, registra los criterios necesarios para representar la figura humana. La pregunta sería: ¿en qué consisten tales criterios? ¿En qué tradición se inscribe Leonardo da Vinci? ¿Qué aportó el pintor con este estudio?
Antecedentes del Hombre de Vitruvio
El esfuerzo por determinar las proporciones correctas para la representación del cuerpo humano tiene sus orígenes en la llamada Edad Antigua.
Uno de los primeros proviene del Antiguo Egipto, donde se definía un canon de 18 puños para dar toda la extensión del cuerpo. En cambio, los griegos, y más tarde los romanos, idearon otros sistemas, los cuales tendían a un mayor naturalismo, tal como se puede observar en su escultura.
Tres de estos cánones trascenderían a la historia: los cánones de los escultores griegos Policleto y Praxíteles, y el del arquitecto romano Marco Vitruvio Polión, en quien se inspiraría Leonardo para desarrollar su propuesta tan celebrada en la actualidad
Uno de los primeros proviene del Antiguo Egipto, donde se definía un canon de 18 puños para dar toda la extensión del cuerpo. En cambio, los griegos, y más tarde los romanos, idearon otros sistemas, los cuales tendían a un mayor naturalismo, tal como se puede observar en su escultura.
Tres de estos cánones trascenderían a la historia: los cánones de los escultores griegos Policleto y Praxíteles, y el del arquitecto romano Marco Vitruvio Polión, en quien se inspiraría Leonardo para desarrollar su propuesta tan celebrada en la actualidad
Marco Vitruvio Polión vivió en el siglo I a.C. Fue un arquitecto, ingeniero y tratadista que trabajaba al servicio del emperador Julio César. Durante ese tiempo, Vitruvio escribió un tratado llamado Sobre la arquitectura, dividido en diez capítulos. El tercero de estos capítulos abordaba las proporciones del cuerpo humano.
A diferencia de Policleto o Praxíteles, el interés de Vitruvio en definir el canon de las proporciones humanas no estaba el arte figurativo. Su interés se centraba en ofrecer un modelo de referencia para explorar los criterios de proporción arquitectónica, toda vez que encontraba en la estructura humana un "todo" armónico. A este respecto, afirmaba: Si la naturaleza ha formado el cuerpo humano de modo que sus miembros guardan una exacta proporción respecto a todo el cuerpo, los antiguos fijaron también esta relación en la realización completa de sus obras, donde cada una de sus partes guarda una exacta y puntual proporción respecto a la forma total de su obra.
Más adelante agrega el tratadista: La arquitectura se compone de la Ordenación -en griego, taxis-, de la Disposición -en griego, diathesin-, de la Euritmia, de la Simetría, del Ornamento y de la Distribución -en griego, oeconomia.
Vitruvio sostenía también que al aplicar tales principios, la arquitectura alcanzaba el mismo grado de armonía entre sus partes que el cuerpo humano. De tal manera, la figura del ser humano fue expuesta como modelo de proporción y simetría:
Como se da una simetría en el cuerpo humano, del codo, del pie, del palmo, del dedo y demás partes, así se define la Euritmia en las obras ya concluidas.
Como se da una simetría en el cuerpo humano, del codo, del pie, del palmo, del dedo y demás partes, así se define la Euritmia en las obras ya concluidas.
Con esta justificación, Vitruvio define las relaciones proporcionales del cuerpo humano. De todas las proporciones que aporta, podemos referir las siguientes:
El cuerpo humano lo formó la naturaleza de tal manera que el rostro, desde la barbilla hasta la parte más alta de la frente, donde están las raíces del pelo, mida una décima parte de su altura total. La palma de la mano, desde la muñeca hasta el extremo del dedo medio, mide exactamente lo mismo; la cabeza, desde la barbilla hasta su coronilla, mide una octava parte de todo el cuerpo; una sexta parte mide desde el esternón hasta las raíces del pelo y desde la parte media del pecho hasta la coronilla, una cuarta parte.
Desde el mentón hasta la base de la nariz, mide una tercera parte y desde las cejas hasta las raíces del pelo, la frente mide igualmente otra tercera parte. Si nos referimos al pie, equivale a una sexta parte de la altura del cuerpo; el codo, una cuarta parte, y el pecho equivale igualmente a una cuarta parte. Los restantes miembros guardan también una proporción de simetría (…) El ombligo es el punto central natural del cuerpo humano (...)”
Las traducciones de Vitruvio en el Renacimiento
Tras la desaparición del Mundo Clásico, el tratado Sobre la arquitectura de Vitruvio debió esperar el despertar del Humanismo en el Renacimiento para resurgir de las cenizas.
El texto original no tenía ilustraciones (posiblemente se perdieron) y no solo estaba escrito en un latín antiguo, sino que recurría a un lenguaje muy técnico. Esto supuso enormes dificultades para traducir y estudiar el tratado Sobre la arquitectura de Vitruvio, pero también un reto para una generación tan segura de sí misma como la del Renacimiento.
Pronto aparecieron quienes se abocaron a la tarea de traducir e ilustrar este texto, el cual no solo llamó la atención de los arquitectos, sino la de los artistas del Renacimiento, abocados a la observación de la naturaleza en sus obras.
☝Francesco di Giorgio Martini: Hombre de Vitruvio (versión h. 1470-1480).
La valiosa y titánica tarea comenzó con el escritor Petrarca (1304-1374), a quien se le atribuye haber rescatado la obra del olvido. Más tarde, hacia 1470, apareció la traducción (parcial) de Francesco di Giorgio Martini (1439-1502), un arquitecto, ingeniero, pintor y escultor italiano, quien elaboró la primera ilustración vitruviana de la que se tiene referencia.
Francesco di Giorgio Martini: ilustración en Trattato di architettura civile e militare (códice Beinecke), Yale University, Beinecke Library, 1480.
El mismo Giorgio Martini, inspirado en estas ideas, llega a proponer una correspondencia entre las proporciones del cuerpo humano con las del trazado urbano en una obra llamada Trattato di architettura civile e militare.
Sin embargo, a pesar de las meritorias traducciones de los autores, ninguno lograría resolver cuestiones centrales en lo que a ilustraciones refiere. Sería tan solo Leonardo da Vinci quien, a la vez curioso y desafiante respecto del maestro Vitruvio, se atrevería a dar un paso más allá en su análisis y trasposición al papel.
El canon de las proporciones humanas según Leonardo da Vinci
Leonardo da Vinci fue un humanista por excelencia. En él se reúnen los valores del hombre múltiple y docto, propios del Renacimiento. Leonardo no solo fue pintor. Fue también un acucioso científico, investigó sobre botánica, geometría, anatomía, ingeniería y urbanismo. No conforme con eso, fue músico, escritor, poeta, escultor, inventor y arquitecto. Con ese perfil, el tratado de Vitruvio era un reto para él.
Leonardo realizó la ilustración del Hombre de Hombre de Vitruvio o Canon de las proporciones humanas hacia 1490. El autor no tradujo la obra, pero sí fue el mejor de sus intérpretes visuales. Por medio de un análisis sesudo, Leonardo hizo las correcciones pertinentes y aplicó medidas matemáticas exactas.
En el Hombre de Vitruvio la figura humana está enmarcada en un círculo y un cuadrado. Esta representación corresponde a una descripción geométrica, de acuerdo con un artículo presentado por Ricardo Jorge Losardo y colaboradores en la Revista de la Asociación Médica Argentina (Vol. 128, Número 1 de 2015). En este artículo se sostiene que estas figuras tienen un importante contenido simbólico.
Hemos de recordar que en el Renacimiento, al menos entre la élite, circulaba la idea del antropocentrismo, es decir, la idea de que el hombre era el centro del universo. En la ilustración de Leonardo, el círculo que enmarca a la figura humana se traza a partir del ombligo, y dentro de él se circunscribe toda la figura que toca sus bordes con manos y pies. Así, el hombre se vuelve el centro a partir del cual se traza la proporción. Aún más allá, el círculo puede ser visto, según Losardo y colaboradores como símbolo del movimiento, amén de conexión con el mundo espiritual.
El cuadrado, en cambio, simbolizaría la estabilidad y el contacto con el orden terrestre. El cuadrado se traza, así, contemplando la proporción equidistante de los pies a la cabeza (vertical) respecto de los brazos plenamente extendidos (horizontal).
Las anotaciones de Leonardo da Vinci
Las anotaciones de Leonardo da Vinci
La descripción proporcional de la figura humana viene trazada en las notas que acompañan al Hombre de Vitruvio. Para facilitar su comprensión, hemos separado el texto de Leonardo en viñetas:
- 4 dedos hacen 1 palma,
- 4 palmas hacen 1 pie,
- 6 palmas hacen 1 codo,
- 4 codos hacen la altura del hombre.
- 4 codos hacen 1 paso,
- 24 palmas hacen un hombre (...).
- La longitud de los brazos extendidos de un hombre es igual a su altura.
- Desde el nacimiento del pelo hasta la punta de la barbilla es la décima parte de la altura de un hombre; y...
- desde la punta de la barbilla a la parte superior de la cabeza es un octavo de su estatura; y…
- desde la parte superior del pecho al extremo de su cabeza será un sexto de un hombre.
- Desde la parte superior del pecho al nacimiento del pelo será la séptima parte del hombre completo.
- Desde los pezones a la parte de arriba de la cabeza será la cuarta parte del hombre.
- La anchura mayor de los hombros contiene en sí misma la cuarta parte de un hombre.
- Desde el codo a la punta de la mano será la quinta parte del hombre; y…
- desde el codo al ángulo de la axila será la octava parte del hombre.
- La mano completa será la décima parte del hombre; el comienzo de los genitales marca la mitad del hombre.
- El pie es la séptima parte del hombre.
- Desde la planta del pie hasta debajo de la rodilla será la cuarta parte del hombre.
- Desde debajo de la rodilla al comienzo de los genitales será la cuarta parte del hombre.
- La distancia desde la parte inferior de la barbilla a la nariz y desde el nacimiento del pelo a las cejas es, en cada caso, la misma, y, como la oreja, una tercera parte del rostro”.
Con la ilustración del Hombre de Vitruvio, Leonardo logró, por un lado, representar el cuerpo en tensión dinámica. Por el otro, logró resolver la cuestión de la cuadratura del círculo, cuyo enunciado se basaba en el siguiente problema:
A partir de un círculo construir un cuadrado que tenga la misma superficie, sólo con el empleo de un compás y una regla sin graduar.
Probablemente, la excelencia de esta empresa leonardesca hallaría su justificación en el interés del pintor por la anatomía humana y su aplicación en la pintura, a la que entendía como una ciencia. Para Leonardo la pintura gozaba de un carácter científico porque implicaba la observación de la naturaleza, el análisis geométrico y el análisis matemático.
Por ello no es de extrañar la hipótesis de varios investigadores, según la cual Leonardo habría desarrollado en esta ilustración el número áureo o la divina proporción.
El número áureo se conoce también como número phi (φ), número de oro, sección áurea o divina proporción. Se trata de un número irracional que expresa la proporción entre dos segmentos de una recta.
El número áureo fue descubierto en la Antigüedad Clásica, y puede contemplarse no solo en las producciones artísticas, sino en las formaciones de la naturaleza.
El estudio de las proporciones de Leonardo no solamente han servido a los artistas para descubrir los patrones de la belleza clásica. En realidad, lo que hizo Leonardo se convirtió en un tratado anatómico que revela, no solo la forma ideal del cuerpo, sino las proporciones naturales del mismo. Una vez más, Leonardo da Vinci sorprende con su genialidad fuera de serie.
El estudio de las proporciones de Leonardo no solamente han servido a los artistas para descubrir los patrones de la belleza clásica. En realidad, lo que hizo Leonardo se convirtió en un tratado anatómico que revela, no solo la forma ideal del cuerpo, sino las proporciones naturales del mismo. Una vez más, Leonardo da Vinci sorprende con su genialidad fuera de serie.
El hombre de Vitruvio en Cultura Genial.
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