La cuenca mediterránea, que los historiadores denominan “la cuna de la sociedad”, es donde transcurrió la mayor parte de la historia antigua, y la dieta en la región consistía en una alta proporción de frutas, verduras, legumbres y cereales, con carnes blancas y pescados como base. principal fuente de proteínas y el aceite de oliva como principal fuente de grasas.
Nuestra recomendación actual para pacientes con eventos cardiovasculares adversos es limitar la ingesta de grasas. Sin embargo, ¿deberíamos ser más prescriptivos en cuanto a lo que deberían comer para prevenir eventos futuros?
Este estudio realizado en España evaluó a 1002 pacientes de entre 20 y 75 años con enfermedad coronaria establecida y se los asignó aleatoriamente a una dieta mediterránea o una dieta baja en grasas. El período de seguimiento fue de 7 años. Los participantes debían estar estables, sin eventos en los 6 meses anteriores y no podían tener condiciones que afectaran su longevidad. Esto significa que se seleccionó un grupo de pacientes muy saludables, excepto por su antecedente cardiovascular, para este estudio.
Los nutricionistas trabajaron con los pacientes para que siguieran sus dietas adecuadas. Los nutricionistas y los pacientes sabían a qué grupo estaban asignados los pacientes. Sin embargo, los médicos y los evaluadores de resultados estaban cegados a la asignación al azar. Para asegurarse de que el costo no fuera una barrera, se proporcionó aceite de oliva virgen extra de forma gratuita al grupo mediterráneo (1 litro por semana por hogar) y se entregaron paquetes de alimentos ricos en carbohidratos complejos gratuitos al grupo bajo en grasas.
El resultado primario fue una combinación de eventos cardiovasculares mayores, infarto de miocardio, revascularización, accidente cerebrovascular isquémico, arteriopatía periférica y muerte cardiovascular. Hubo 111 eventos en el grupo de dieta bajo en grasas y 87 eventos en el grupo de dieta mediterránea, lo que representa una reducción del 25 % en los eventos a favor de la dieta mediterránea (HR, 0,745; P = ·040).
Si sólo observamos a los hombres, la reducción fue de los eventos cardiovasculares mayores fue del 33 % (HR, 0·669; P = ·013). Para las mujeres, no hubo diferencia entre los grupos. Sin embargo, solo había 175 mujeres en el ensayo, por lo que la falta de efecto puede deberse solo al pequeño número de ellas.
A los participantes que tenían una alta adherencia a la dieta durante el estudio, lo que significa una adherencia igual o mayor al 80 %, les fue incluso mejor. Los participantes adherentes en el grupo mediterráneo tuvieron una reducción del 40 % en los eventos (HR, 0·6; P = ·026). Además, los pacientes que no tenían antecedentes familiares de enfermedad coronaria, no tenían hipertensión, tenían colesterol LDL menor de 100 mg/dL y tenían menos de 70 años de edad, a todos les fue mejor con la dieta mediterránea.
El perfil de lípidos y los niveles de glucosa de los participantes no cambiaron significativamente durante el estudio. Mirando las dos dietas una al lado de la otra, las diferencias entre la dieta mediterránea y la baja en grasas fueron que la dieta mediterránea tenía más aceite de oliva, nueces, carne blanca y sofrito (una salsa casera con ajo, cebolla, hierbas aromáticas, y tomate cocido lentamente en aceite de oliva), y se permitía el vino. Ese tipo de salsa no es común en Argentina.
El estudio no especifica si la dieta en ambos grupos era también baja en sodio.
En general, la dieta mediterránea es muy posible de llevar adelante, aunque hay condicionamientos de costos y culturales para su adopción, y puede ayudar a reducir los eventos cardiovasculares.
Conclusión
Una dieta mediterránea es mejor para reducir los eventos cardiovasculares mayores que una dieta hipocalórica en la prevención secundaria de enfermedades cardiovasculares en varones. Y en mujeres se necesitan más estudios, pero tampoco hace daño prescribirla en pacientes con enfermedades cardiovasculares.
Referencias
1. Delgado-Lista J, Alcala-Diaz JF, Torres-Pena JD, et al. Long-term secondary prevention of cardiovascular disease with a Mediterranean diet and a low-fat diet (CORDIOPREV): a randomised controlled trial. Lancet. 2022 May 14;399(10338):1876-1885. doi: 10.1016/S0140-6736(22)00122-2. Epub 2022 May 4. (Original study)
2- Ancel K, Keys M. How to Eat Well and Stay Well the Mediterranean Way. "Coronary Artery Disease in Seven Countries. Circulation. 1975;41(4 Suppl):11-211.
3. Menor LDL para dieta cetogénica. Gardner CD, Landry MJ, Perelman D, Petlura C, Durand LR, Aronica L, Crimarco A, Cunanan KM, Chang A, Dant CC, Robinson JL, Kim SH. Effect of a Ketogenic Diet versus Mediterranean Diet on HbA1c in Individuals with Prediabetes and Type 2 Diabetes Mellitus: the Interventional Keto-Med Randomized Crossover Trial. Am J Clin Nutr. 2022 May 31 [Epub ahead of print]. doi: 10.1093/ajcn/nqac154. PMID: 35641199
4. Sadeghi A, Zarrinjooiee G, Mousavi SN, et al. Effects of a Mediterranean Diet Compared with the Low-Fat Diet on Patients with Knee Osteoarthritis: A Randomized Feeding Trial. Int J Clin Pract. 2022 Jan 31;2022:7275192. doi: 10.1155/2022/7275192. eCollection 2022.
El estudio recibió financiamiento de la Fundación Patrimonio Comunal Olivarero; Fundación Centro para la Excelencia en Investigación sobre Aceite de Oliva y Salud; Gobiernos locales, autonómicos y nacionales de España; Unión Europea.
Otro estudio sobre aceite de oliva Una mayor ingesta de aceite de oliva se relacionó con un riesgo 19 % menor de mortalidad por enfermedad cardiovascular (HR, 0,81; IC 95 %, 0,75–0,87), riesgo 17 % menor de mortalidad por cáncer (HR, 0,83; IC 95 %, 0,78–0,89), 29 % menos de riesgo de mortalidad por enfermedades neurodegenerativas (CRI, 0,71; IC 95 %, 0,64–0,78) y 18 % menos de riesgo de mortalidad por enfermedades respiratorias (CRI, 0,82; IC 95 %, 0,72–0,93). Guasch-Ferré M, Li Y, Willett WC, Sun Q, Sampson L, Salas-Salvadó J, Martínez-González MA, Stampfer MJ, Hu FB. Consumption of Olive Oil and Risk of Total and Cause-Specific Mortality Among U.S. Adults. J Am Coll Cardiol. 2022 Jan 18;79(2):101-112. doi: 10.1016/j.jacc.2021.10.041. PMID: 35027106; PMCID: PMC8851878.
Pero a tener mucho cuidado porque el artículo retractado más citado y financiado por el gobierno Español fue: Estruch R, Ros E, Salas-Salvadó J, Covas MI, Corella D, Arós F, Gómez-Gracia E, Ruiz-Gutiérrez V, Fiol M, Lapetra J, Lamuela-Raventos RM, Serra-Majem L, Pintó X, Basora J, Muñoz MA, Sorlí JV, Martínez JA, Martínez-González MA; PREDIMED Study Investigators. Primary prevention of cardiovascular disease with a Mediterranean diet. N Engl J Med. 2013 Apr 4;368(14):1279-90. doi: 10.1056/NEJMoa1200303. Epub 2013 Feb 25. Retraction in: N Engl J Med. 2018 Jun 21;378(25):2441-2442. Erratum in: N Engl J Med. 2014 Feb 27;370(9):886. Corrected and republished in: N Engl J Med. 2018 Jun 21;378(25):e34. PMID: 23432189.
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