Lo cito porque no es común que los estudios de efectividad reporten un grupo de edad específico, sino más bien a la población general; y sobre todo porque se trata de un grupo de edad, que desde el comienzo de la epidemia se conoce su mayor vulnerabilidad frente al Covid-19, motivo por el cual la mayoría de los países priorizaron la vacunación de este grupo. Por otro lado, al llegar la variante ómicron comenzó una discusión sobre si era "íntrinsecamente leve" o esa levedad se debe a la inmunidad acumulada entre vacunación e infecciones previas. Esta discusión no se ha saldado, ya que existen buenas razones que pudieran justificar ambos puntos de vista, algunos de ellos lo expuse aqui en diciembre.
De todas maneras también sabiamos que aunque la mortalidad fuera menor, si la infección tomaba a muchisimos más casos también habría mucho más muertes, en términos absolutos, ya que el 1% de 1,000 serían 10 muertes, pero un 0.5% de 10,000 casos son 50 muertes. Algo de esto sucedió en Hong Kong.
Si comparamos a Hong Kong con algunos otros países asiáticos y de Oceanía veremos en celeste el número de casos y en rojo la mortalidad:
Como se observan los casos también aumentaron en otros países, pero la tasa de mortalidad general fue del 4.7% en Hong Kong, comparada contra el 0.2% en Corea del Sur, o del 0.1% en Nueva Zelanda. Pero, la cobertura de vacunación en los distintos países no fue la misma. Y menos aun si se analiza la cobertura por edades:
Como se ve en el gráfico, la población mayor de 80 años, aun cuando representa el 5% del total de la población de Hong Kong, más del 66% no había recibido una sola vacuna contra covid-19 en febrero de 2022. Un dato impresionante y relevante, para un país como China que suele establecer medidas severísimas para mantener su política de "Covid cero". No tengo idea si algún funcionario se estará lamentando, pero por mucho menos otros funcionarios de gobierno en China, han sido relevados.
Esta información inicial fue revisada en abril de 2022 y se encontró que el 50% de la población mayor de 60 años había recibido dos vacunas. Pero entre los 60 y 70 años era el 63%, entre los 70 y 80 años el 45% y sólo el 18% de los mayores de 80 años tenían dos dosis. Y que la mortalidad entre los vacunados era 21 veces menor. Pero para todas las edades los no vacunados murieron 33 veces más que aquellos que tenían dos o más dosis.
Burn-Murdoch hace otro gráfico que intenta explicar la importancia relativa que la población no vacunada tenía al comienzo de esta ola en Hong Kong.
Sin duda, con este gráfico, el área de no vacunados mayores de 80 años es mucho mayor que en otras edades, lo que parece sustentar la idea de que falló la política de vacunar inicialmente a este grupo etario.
Salvando la baja iniciativa oficial, se han leído otras explicaciones acerca de porqué ese grupo no se vacunó, entre las que se sostiene que los mayores adultos en Hong Kong han sido siempre más proclives a tratamientos que brinda la medicina China, más que la medicina occidental. Pero, para los familiares, seguramente esa será otra pobre explicación.
Pero Burn-Murdoch no se detuvo ahí para explicar esto. En un alarde de ejercicio ilegal de la epidemiología postuló también que no vacunarse era una de las causas, pero la otra bien pudiera ser que los que se vacunaron habian recibido mayoritariamente una vacuna inactivada, SinoVac, dando a entender que esta no había sido eficaz. También supongo que la eficacia fue nula, porque no se vacunaron, pero tampoco se aportó ninguna evidencia. Se debe mencionar que Hong Kong utiliza también la vacuna de Pfizer. Y que la región ya había sido noticia el año pasado, cuando en plena demanda de vacunas en el mundo, se planteó tirar vacunas por la baja demanda local.
Incluso existe un estudio en Hong Kong, que compara a la vacuna SinoVac con la vacuna de Pfizer, donde resalta la inmunidad celular de SinoVac y la inmunidad humoral de Pfizer.
La sospecha tampoco es infundada, mucha gente sigue valorando a las vacunas solamente por la eficacia para prevenir la infección que presentaron en sus ensayos clínicos. Un año atrás la más débil frente a esto era la vacuna de SinoVac, con tres estudios donde la eficacia oscilaba entre un 53% en un estudio en Brasil hasta un 83% en otro estudio en Turquía. Frente a más del 90% que ofrecía la vacuna de Pfizer. Pero eso fue en otra vida, y hoy ya ni existe el virus "salvaje" original.
Chile completó su esquema primario con un 90% de la población con SinoVac. Por lo que cualquier duda que esta vacuna hubiera generado al principio, parece haber sido saldada con este gran estudio.
Hoy sabemos que el tiempo y las variantes han erosionado a ambos tipos de inmunidad. De hecho la gran cantidad de casos con la variante ómicron, seguramente el virus conocido con mayor capacidad de contagio, se da con una baja efectividad para disminuir la infección de todas las vacunas, en todos los países, sin importar el tiempo de la última aplicación de la vacuna. Con tres dosis se puede atenuar, pero estas vacunas no son esterilizantes. Distinto es el caso de la inmunidad celular, que ha disminuido, pero parece mantenerse mucho mejor con el tiempo y las variantes, y es posible recuperar la efectividad inicial con una dosis adicional.
Es dificil con solo estos datos argumentar que la cantidad de muertes ocurridas necesita más explicaciones que el abrumador porcentaje de personas no vacunadas y con alto riesgo de morir por la edad. Pero si se necesitara otra hipótesis, también pudiera suponerse que la inmunidad natural previa al llegar la variante ómicron, era menor que en otros países. Recordemos que en Sudáfrica se estimó que el 68% de los no vacunados tenían anticuerpos al llegar la variante ómicron, y en Estados Unidos osciló entre un 99 y un 11%. durante la variante delta. Pero nadie sabe siquiera si eso se midió en Hong Kong. Si fuera en Argentina estamos seguros que no.
Hice mención a Chile, porque de los países que han vacunado mayoritariamente con CoronaVac es el que mayor información disponible provee.Luego de vacunar con dos dosis de SinoVac al 90% de su población, continuó aplicando su dosis adicional y de refuerzo con otra vacuna ARNm, pero los datos de marzo, muestran que aun con dos dosis (en verde en el gráfico a la derecha), la efectividad global de la vacuna para disminuir la mortaldad, sigue siendo claramente más alta que para aquellos que no se han vacunado. Aun con la variante ómicron. Es decir que la línea verde puede representar en un 90% a los que recibieron la vacuna de SinoVac.
Con lo que parece que más allá de las hipótesis que uno pueda tener, la mayor evidencia señala al relevante e incuestionable hecho de que la población mayor de 80 años no había sido vacunada. Tan simple y trágico como eso.
Finalmente (Universidad de Hong Kong)
Referencias
1. Sigal, A. Milder disease with Omicron: is it the virus or the pre-existing immunity?. Nat Rev Immunol 22, 69–71 (2022). https://doi.org/10.1038/s41577-022-00678-4
2. High vaccine effectiveness against severe Covid-19 in the elderly in Finland before and after the emergence of Omicron.
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