Y al mismo tiempo sabía que nadie entendería ese cambio de rumbo en su pintura. "Estoy tentado a pensar que los resultados son tan perturbadores y molestos como para no complacer a las personas con ideas preconcebidas sobre la técnica".
Así le escribió a su hermano Theo, donde le contó que había encontrado el futuro del arte moderno y que soñaba con un movimiento de jóvenes artistas que se unieran a él en esa misión. Y justamente con esta idea Van Gogh invitó a un conocido pintor y amigo de él, Paul Gauguin, a sumarse a su empresa.
En las semanas previas al suceso, los dos artistas convivian en una casa en Arlés. Si bien la historia habla del carácter de Van Gogh, el de Gauguin también era complicado, soberbio y engreído, según parece. Van Gogh, para convencerlo, le había preparado una sencilla habitación, que adornó con otro modesto cuadro que había pintado, y que luego sería conocido como "Los girasoles", para complacer a tan ilustre visitante. Recordemos que también ese año Van Gogh le había dedicado uno de sus famosos autorretratos a Gauguin.
Pero el verdadero Gauguin en realidad era indiferente a las ideas de Van Gogh. Sólo había ido hasta allí porque Theo le había pagado por ello, y a los pocos días escribió unas cartas a sus amistades en las que decía: "Tengo que salir de aquí. No puedo soportarlo más".
El sueño de la hermandad de Van Gogh se vio condenado por las diferentes personalidades, y la distinta concepción del arte. Gauguin, gustoso de pintar desde sus ideas imaginadas, encontraba infantil y simplón la costumbre de Van Gogh de pintar los objetos cotidianos que tenía enfrente.. Lo veremos en su retrato burlón de Van Gogh pintando los girasoles. La respuesta de Van Gogh fue: "ese soy yo, pero yo loco".Tras enseñarle su retrato fueron al bar y Van Gogh pidió una copa de absenta, una bebida hoy prohibida en muchos países, que arrojó sobre Gauguin, quien la esquivó y dio por finalizada la velada acostando al borracho Van Gogh. Con resaca y con culpa, Vincent despertó y aparentemente se disculpó.
Pero aquí comienzan las teorías sobre el famoso corte de su oreja. Una de las teorías más aceptadas es que el pintor holandés, tras levantarse profundamente con resaca y pesar por la ofensa que le había realizado a su compañero, se realizó a sí mismo el corte como forma de expiar su culpa.
Otras personas cercanas a la localidad de Arlés han señalado que el gran impacto de las corridas de toros a las que tuvo ocasión de asistir Vincent durante su estancia en el sur de Francia, y es sabido por todos la costumbre triunfal de cortar las orejas del toro, pudiera haber influido en tomar esta conducta.
Otras historias hablan de que ambos pintores discutieron y que Van Gogh amenazó a Gauguin con una navaja de afeitar, la misma que más tarde usaría para cortar su oreja. Y claro que no puede faltar la otra historia, donde es Gauguin mismo quien le corta la oreja.
Mientras que otras teorías han señalado la importancia de un lienzo suyo realizado en la misma fecha que el incidente de la oreja. En él aparece una carta dibujada, que se ha especulado que pudiera ser el anuncio del compromiso de su hermano Theo con Johanna Bonger.
Theo, para él, era su mejor amigo. Era además su apoyo emocional y financiero. Si la noticia le hizo temer que iba a perderlo, eso habría contribuido a su crisis mental.
Van Gogh recibió la noticia del compromiso de su hermano el 23 de diciembre, el mismo día que Gauguin le dijo que se iba. ¿Demasiadas emociones fuertes para un Vincent frágil y atormentado?
Por último, Paul Gauguin registró la conversación errática que Vincent Van Gogh había mantenido con él: " Mencionó novelas góticas, con un héroe acechado por la locura. Reflexionó sobre los asesinatos de prostitutas que se reportaban en los periódicos y sobre la traición de Cristo en el Jardín de Getsemaní, cuando San Pedro cortó la oreja de un centurión".
Aquí tenemos otra pista de su posible delirio donde tristemente fantasía y realidad se unieron en su vida. Incluso estaba tan fuera de sí, que cuando Gauguin le confirmó su marcha de la casa amarilla de Arlés donde convivían, arrancó un trozo de papel de periódico en el que estaba escrito:“El asesino se escapó”.
Lo que parece estar claro, por declaraciones de otro pintor postimpresionista Paul Signac, es que Van Gogh se cortó a su mismo parte de la oreja, aunque el insiste en que fue solamente el lóbulo. "Lo vi la última vez en Arles en la primavera de 1889», dice. «Unos días antes, se había cortado el lóbulo de la oreja"
Entonces, ¿quizá se ha exagerado este episodio para darle mayor extravagancia?
Esta historia no necesitaba muchos más ingredientes para convertirse en una historia que seguirá dando que hablar a pesar de las décadas, o incluso de los siglos.
Aún así, investigaciones recientes con informes hallados del médico que trató a Vincent, han sacado a la luz que se cortó la oreja completa, no solamente el lóbulo. Esto nos da una idea del enorme sufrimiento que debió de sufrir el artista, tremendamente torturado por su enfermedad mental.
Con esto, no solamente queremos hacer mención a una anécdota más dentro de la historia del arte, sino una reflexión a un momento de verdadera angustia y desesperación, ante la dura realidad de ver su sueño frustrado y a su amigo partir y dejarle solo.
Solo 18 meses más tarde de esta historia, Vincent se quitaría la vida a la edad de 37 años.
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