A más de un año de que se comunicaran los primeros casos en México, el periódico El Mundo publicaba un análisis de Antoni Trilla, en el que afirmaba que retrospectivamente no hacia falta tanta alarma.
Los primeros casos difundidos fueron reportados en México en Abril del 2009, aunque luego se sabria que ya había 3 casos al menos en California, extendiéndose rapidamente la epidemia al hemisferio austral quien comenzaba el otoño. En Argentina se reportarian los primeros casos en Mayo de ese año. En Junio la OMS declaró la pandemia, basado en una definición que no tiene en cuenta la gravedad.
Recibió múltiples nombres, al principio fue llamada gripe Mexicana y luego gripe porcina, por haberse detectado su paso desde una granja de cerdos a humanos, para posteriormente ser llamada "gripe nueva" en España, o "gripe A" en Argentina, y la OMS lo llamó "gripe pandémica".
El pico de la epidemia en Argentina se alcanzó a principios del invierno austral, a fines de Junio, y para Julio la cantidad de muertos era apenas superior a 200 y al año se contabilizaron 687, lejos de los 3 mil muertes que anualmente se adjudicaban a la gripe estacional, aunque la cantidad de consultas se multiplico por cinco. El nivel de alarma fue sin duda desproporcionado, y alimentado por los medios de comunicación que hicieron de cada muerte un espectáculo. Para tener una idea de la magnitud en Argentina se reportaron el 2009: 7.885 muertes en accidentes de tránsito, y en 2010 7.659 muertes.
Esta gripe tuvo gran morbilidad en niños y adolescentes, y el pico de la epidemia en el hemisferio sur fue en el invierno del 2009 y sin vacunas. Ya en el hemisferio norte las vacunas para el otoño boreal estaban disponibles y la vacunación fue dispar, a punto tal que paises como Polonia no vacunaron tempranamente a su población y solo tuvieron una caída más lenta del número de casos.
Todo lo que opinamos entonces estaba en un blog ahora desaparecido de las redes, una opinión igual a la que hoy sostenemos, aunque en el momento que lo escribimos no teniamos las evidencias que hoy tenemos. Sin duda no hubo exceso de mortalidad. Y lo más peligroso que tuvo la pandemia fue el nivel de desinformación, tanto de quienes proclamaban su peligrosidad, como los de aquellos que también la soslayaban, pero desde distintas teorias conspirativas. Y el motivo de esta publicación es revisar en que pudimos equivocarnos o no, simplemente para no cometer iguales errores, lo que no es poco.
Uno de los más grandes errores de la OMS fue posiblemente declarar una pandemia con tan pocos datos, lo que sin duda minó su prestigio dentro de una parte del personal sanitario.El temor inicial estaba justificado ya que se trataba de un virus muy parecido al de la gripe española de 1918 (ambos H1N1) y que se asegura circulo al menos hasta 1957, cuando fue reemplazado por otro virus de gripe (gripe asiática H2N2).
Para tener una idea de la mortalidad basta decir que en la primera guerra mundial se estima murieron 10 millones de personas, y por la gripe española entre 2 y 4 veces más. Sin duda el contexto de un mundo devastado por la miseria y la guerra, y lo que no había sido destruido tampoco reunía las condiciones sanitarias que existen actualmente, ayudaron a que la mortalidad fuera mayor.
La tasa de ataque fue mayor en niños y jóvenes, atribuido esto a que los nacidos antes de 1958 probablemente tenían algún tipo de inmunidad natural. Aunque en 1918 también había sido esta la población más susceptible. Esto si la diferenció de la gripe estacional que anualmente atacaba a mayores de 65 años y con factores de riesgo asociados.
No hubo ninguna diferencia clínica entre la nueva gripe y las gripes estacionales. Y quizás las mayores diferencias se dieron en la respuesta de la sociedad y de los médicos. Abundaron las teorías conspirativas, las amenazas de que se podría llegar a 10 millones de muertos, y también las fiestas de gripe A con el que muchos padres llevaban a contagiar a sus hijos para que desarrollaran inmunidad natural. Aunque la tendencia general fue de mucho miedo, por el cual algunos blogs sanitarios nos agrupamos para transmitir un poco de calma, supongo que no lo logramos ya que la presión de los grandes medios de comunicación seguramente es mayor que la de un grupo de sitios de salud.
También se discutió apasionadamente sobre la eficacia del oseltamivir (Tamiflú) y zanamivir (Relenza), llegando dos laboratorios a no brindar la evidencia requerida a Colaboración Cochrane. También hubo muchas dudas iniciales con las vacunación, sobre su seguridad y eficacia, ya que hasta ese momento en muchos países solo se vacunaba contra influenza a niños y adolescentes con comorbilidades, y a partir del 2009 esta indicación se amplió a todos los niños, adolescentes, embarazadas y adultos mayores de 65 años. Afortunadamente ambas dudas, seguridad y eficacia, fueron disipadas tempranamente con evidencia, aunque también podrían reformularse las indicaciones.
Desconocemos cuales son las tasas efectivas de vacunación actuales, aunque teniendo en cuenta lo que sucede con otras vacunas, seguramente en niños las mismas sean también altas.
Los primeros casos difundidos fueron reportados en México en Abril del 2009, aunque luego se sabria que ya había 3 casos al menos en California, extendiéndose rapidamente la epidemia al hemisferio austral quien comenzaba el otoño. En Argentina se reportarian los primeros casos en Mayo de ese año. En Junio la OMS declaró la pandemia, basado en una definición que no tiene en cuenta la gravedad.
Recibió múltiples nombres, al principio fue llamada gripe Mexicana y luego gripe porcina, por haberse detectado su paso desde una granja de cerdos a humanos, para posteriormente ser llamada "gripe nueva" en España, o "gripe A" en Argentina, y la OMS lo llamó "gripe pandémica".
El pico de la epidemia en Argentina se alcanzó a principios del invierno austral, a fines de Junio, y para Julio la cantidad de muertos era apenas superior a 200 y al año se contabilizaron 687, lejos de los 3 mil muertes que anualmente se adjudicaban a la gripe estacional, aunque la cantidad de consultas se multiplico por cinco. El nivel de alarma fue sin duda desproporcionado, y alimentado por los medios de comunicación que hicieron de cada muerte un espectáculo. Para tener una idea de la magnitud en Argentina se reportaron el 2009: 7.885 muertes en accidentes de tránsito, y en 2010 7.659 muertes.
Esta gripe tuvo gran morbilidad en niños y adolescentes, y el pico de la epidemia en el hemisferio sur fue en el invierno del 2009 y sin vacunas. Ya en el hemisferio norte las vacunas para el otoño boreal estaban disponibles y la vacunación fue dispar, a punto tal que paises como Polonia no vacunaron tempranamente a su población y solo tuvieron una caída más lenta del número de casos.
Todo lo que opinamos entonces estaba en un blog ahora desaparecido de las redes, una opinión igual a la que hoy sostenemos, aunque en el momento que lo escribimos no teniamos las evidencias que hoy tenemos. Sin duda no hubo exceso de mortalidad. Y lo más peligroso que tuvo la pandemia fue el nivel de desinformación, tanto de quienes proclamaban su peligrosidad, como los de aquellos que también la soslayaban, pero desde distintas teorias conspirativas. Y el motivo de esta publicación es revisar en que pudimos equivocarnos o no, simplemente para no cometer iguales errores, lo que no es poco.
Uno de los más grandes errores de la OMS fue posiblemente declarar una pandemia con tan pocos datos, lo que sin duda minó su prestigio dentro de una parte del personal sanitario.El temor inicial estaba justificado ya que se trataba de un virus muy parecido al de la gripe española de 1918 (ambos H1N1) y que se asegura circulo al menos hasta 1957, cuando fue reemplazado por otro virus de gripe (gripe asiática H2N2).
Para tener una idea de la mortalidad basta decir que en la primera guerra mundial se estima murieron 10 millones de personas, y por la gripe española entre 2 y 4 veces más. Sin duda el contexto de un mundo devastado por la miseria y la guerra, y lo que no había sido destruido tampoco reunía las condiciones sanitarias que existen actualmente, ayudaron a que la mortalidad fuera mayor.
La tasa de ataque fue mayor en niños y jóvenes, atribuido esto a que los nacidos antes de 1958 probablemente tenían algún tipo de inmunidad natural. Aunque en 1918 también había sido esta la población más susceptible. Esto si la diferenció de la gripe estacional que anualmente atacaba a mayores de 65 años y con factores de riesgo asociados.
No hubo ninguna diferencia clínica entre la nueva gripe y las gripes estacionales. Y quizás las mayores diferencias se dieron en la respuesta de la sociedad y de los médicos. Abundaron las teorías conspirativas, las amenazas de que se podría llegar a 10 millones de muertos, y también las fiestas de gripe A con el que muchos padres llevaban a contagiar a sus hijos para que desarrollaran inmunidad natural. Aunque la tendencia general fue de mucho miedo, por el cual algunos blogs sanitarios nos agrupamos para transmitir un poco de calma, supongo que no lo logramos ya que la presión de los grandes medios de comunicación seguramente es mayor que la de un grupo de sitios de salud.
También se discutió apasionadamente sobre la eficacia del oseltamivir (Tamiflú) y zanamivir (Relenza), llegando dos laboratorios a no brindar la evidencia requerida a Colaboración Cochrane. También hubo muchas dudas iniciales con las vacunación, sobre su seguridad y eficacia, ya que hasta ese momento en muchos países solo se vacunaba contra influenza a niños y adolescentes con comorbilidades, y a partir del 2009 esta indicación se amplió a todos los niños, adolescentes, embarazadas y adultos mayores de 65 años. Afortunadamente ambas dudas, seguridad y eficacia, fueron disipadas tempranamente con evidencia, aunque también podrían reformularse las indicaciones.
Desconocemos cuales son las tasas efectivas de vacunación actuales, aunque teniendo en cuenta lo que sucede con otras vacunas, seguramente en niños las mismas sean también altas.
Algunas publicaciones escritas en la época:
- Comienza la aceleración de la epidemia gripal
- Desmontando los ataques 'conspiranoicos'
- Las teorías de la conspiración de la gripe A
- ¿Es necesario informar de todas las muertes por gripe A?
- ¿Cuántos casos de gripe hay realmente?
- Dudas 'a priori' sobre la seguridad y eficacia de la vacuna de la gripe
- El cierre de escuelas como medida de prevención en la pandemia gripal
- Las optimismas previsiones de Sanidad sobre la vacuna contra la gripe
- Las teorías de la conspiración griposa
- Los profesionales sanitarios en tiempos de gripe
- La gripe, una enfermedad imprevisible
- Gripe A, Gripe y Calma y otros colectivos, posts en el blog de Rafael Bravo Toledo.
- Un fracaso llamado pandemia. Mónica Lalanda.
- En evidencias médicas.
- En El supositorio, escrito por Vicente Baos.
Imágen: Mónica Lalanda
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