Un estudio retrospectivo
comparó los resultados a corto plazo después de la miocarditis relacionada
con la vacuna mRNA COVID-19 con los de la miocarditis relacionada con la
infección viral. Los autores encontraron que la miocarditis debida a
la vacunación de mRNA COVID-19 se asoció con un riesgo de mortalidad más
bajo que la miocarditis debida a una infección viral (HR, 0,08).
Estos hallazgos sugieren que la miocarditis después de la vacunación con ARNm puede estar asociada con un mejor pronóstico. Los estudios grandes con diversas cohortes deben investigar más a fondo el pronóstico de las secuelas cardiovasculares posteriores a la vacunación en comparación con los eventos adversos asociados con la infección por COVID-19.
Los médicos
de atención primaria cuando escuchan miocarditis, a menudo piensan en malos
resultados. Aun así se han publicado varios artículos sobre la gravedad, o no, de la miocarditis producidas por las vacunas contra Covid-19.
Un estudio comparativo exhaustivo de Hong Kong que evalúa el pronóstico de las personas con miocarditis,
provocada por una infección viral o por la vacunación con ARNm de COVID-19,
ayuda a poner en perspectiva los resultados inducidos por la vacuna. Registros de 762 casos de
presunta miocarditis inducida por virus que ocurrieron antes de la aparición de
COVID-19 (1/1/2000–31/12/2019) y 104 casos que ocurrieron dentro de los 28 días
posteriores a la recepción de la vacuna de ARNm (6/3/2021– 31/03/2022) fueron
evaluados para resultados pronósticos. De manera similar a lo que hemos
visto en los Estados Unidos, la miocarditis asociada con la vacuna de ARNm
tendió a ocurrir en hombres más jóvenes y tuvo un curso leve y
autolimitado. En general, la tasa de miocarditis después de la vacuna de
ARNm fue de 2,6 casos por 100.000 (mucho menos que la observada para la vacuna contra la viruela que era de 56 por 100.000), y estos casos tuvieron tasas mucho más bajas de resultados
significativos en comparación con una miocarditis asociada a una infección
viral: miocardiopatía dilatada (73% menos), insuficiencia cardiaca (84% menos)
y mortalidad (91% menos). La mayoría de los casos (65%) ocurrieron después
de la segunda dosis.
La mayor incidencia de miocarditis/pericarditis se ha observado en varones de entre 16 y 30 años tras la segunda dosis de una vacuna de Moderna, que tiene una incidencia de este evento mayor a la de la vacuna de Pfizer (que es la que se aplicó en Hong Kong) y el artículo no revela si se realizó un ajuste por edad y por fabricante de la vacuna para poder extrapolar los resultados.
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